sábado, 2 de marzo de 2013

DESCUBRIENDO IMPLICATURAS EN TITULARES DE PRENSA...



Los mossos cargan contra manifestantes en Barcelona y detienen a cinco de ellos. En la protesta de estudiantes hubo lanzamiento de piedras contra los agentes”.
Nos encontramos frente a una implicatura conversacional generalizada, en donde se incumple de forma muy clara la máxima de relación o relevancia. ¿Por qué? Analicemos más de cerca la frase. Si en la manifestación hubo lanzamiento de piedras contra los Mossos d’Esquadra, el lector va a entender en primer lugar que esas piedras fueron lanzadas por las personas que se manifestaban. Es posible que el reportero transmita algo relacionado con lo que se está hablando, y nuestro cerebro va a eliminar esa ambigüedad sin ningún escollo. No obstante, negamos la posibilidad de que esa agresión proceda de personas infiltradas en la manifestación y ajenas a lo que en ella se defendía. Pero nuestra bioquímica nos lleva a pensar lo que mayor repercusión e importancia tiene. Algo que, por cierto, es utilizado desde el poder con frecuencia en estos momentos: Las manifestaciones como algo ilegítimo y violento.

“Carreteras cortadas y más de dos mil alumnos sin clase por el temporal”.
En el castellano, la conjunción copulativa “y” es percibida únicamente como adición o suma de elementos. Es decir, entendemos que primero sucedió una cosa y después la siguiente; que las carreteras quedaron cortadas y 2000 alumnos no fueron a clase. Esta oración conlleva implicatura, a pesar de que es breve, ordenada y no se presta a ambigüedad. Y es implicatura porque los datos se presentan ordenados y percibimos que la segunda es consecuencia de la primera. Al tener un conocimiento de esta conversación o discurso, se entiende esta relación de causa-efecto.
Un ejemplo similar de implicatura conversacional generalizada con incumplimiento de la máxima de modalidad lo encontramos en “Roberto no mejora y Alcolea será titular”, titular de la sección de deportes del diario. Especialmente los seguidores del Real Zaragoza entendemos que el hecho de que Alcolea sea titular en el equipo es consecuencia de la baja del portero titular, Roberto. Así, la conjunción es percibida como un elemento indicador de la causa y el efecto, nunca como algo que contribuye a la formación  de un todo sin interrelación, como sería este ejemplo: “Roberto no mejora y el precio de las entradas más baratas se mantiene en 50 euros”.

“Su papado nos deja muchas lecciones”. Santiago Aparicio, vicario de la Diócesis de Zaragoza.
No podía faltar a la cita la renuncia del papa Benedicto XVI, que tanta repercusión ha tenido en los medios de comunicación durante las últimas semanas. Esta frase fue pronunciada por un clérigo aragonés ayer, día final del papado de Joseph Ratzinger. Es una implicatura escalar, un ejemplo de que nuestro cerebro piensa de que siempre se nos ha dado toda la información. Pero ¿es lo suficientemente informativa para el propósito del diálogo? Nada más lejos de la verdad. Al utilizar un determinante indefinido como “muchas”, el emisor nos pretende dar un mensaje que se encuentre un paso por delante de la verdad. Haciendo balance de los casi ocho años de pontificado de Benedicto XVI, su legado no es tan abundante en lecciones como predican los miembros del clero secular, pero si no escuchamos la máxima gradación, nunca entenderemos el máximo significado de las cosas.

“Berlusconi, investigado en Nápoles por corrupción y financiación ilegal”. // “EEUU ayuda con 45 millones, pero sin armas, a la oposición siria”.
He elegido estas dos oraciones, titulares de dos breves del Heraldo de Aragón, porque existe una oposición entre la primera, que presenta implicatura conversacional generalizada, y la segunda, que no da lugar a mayores interpretaciones. La primera refleja un incumplimiento de las submáximas de la máxima de modo, porque la expresión alberga oscuridad y ambigüedad. ¿Realmente Berlusconi ha cometido corrupción y financiación ilegal? ¿O es víctima de una mala administración que lo ha condenado sin pruebas? Conociendo el brillante historial de Il Cavaliere, nos decantamos por su culpabilidad, pero a efectos lingüísticos la implicatura sigue vigente. Lo mismo sucede con otro ejemplo que he encontrado páginas atrás: “Manning dice ser culpable de filtrar datos clasificados”. No sabemos si ha sido culpable de verdad, o si es una estrategia de su abogado defensor. Sabemos que hay unos datos clasificados que fueron filtrados y sabemos que él es el principal sospechoso. El hecho de presentar así la información hace que, por nuestro desconocimiento de la situación, lo primero implique lo segundo.
En cuanto a la segunda, se da toda la información que requiere el propósito de la noticia. Tampoco da más información de la necesaria. Es un titular completamente informativo. Imaginemos que, en lugar de este, encontrásemos “EEUU ayuda con 45 millones a la oposición siria”. ¿En concepto de qué: armas, provisiones, equipamiento médico, etc? El receptor no tendría un conocimiento completo de la situación, por lo que se incumpliría la máxima de cantidad. 

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