martes, 26 de febrero de 2013

Los Accionadores Presuposicionales, contra Argo

Michelle Obama se suma a la 

propaganda patriotera de ARGO.

Ben Affleck es un actor aceptable y un buen director. Esto último lo demostró conAdiós, pequeña, adiós, protagonizada por su hermano Casey y basada en un thrillerde Denis Lehane. El filme tuvo buenas críticas, pero casi pasó desapercibido. ConArgo no ha querido correr la misma suerte, así que ha jugado sobre seguro: un argumento “basado en un hecho real” y a la medida del momento patriótico que vive su país, necesitado de gestas y héroes que combatan a las fuerzas del mal y que mitiguen el pesimismo por el papel declinante del imperio. Con todo el talento y los medios de la primera industria cinematográfica mundial se ha llevado el Oscar a la mejor película. Michelle Obama puso la guinda al pastel y dio a través de un vídeo un innecesario espaldarazo a la que, más que la mejor película del año, es una burda muestra de propaganda patriotera.

No sé si la versión oficial es que, cuando aceptó el encargo de anunciar el premio gordo de los Oscar, la esposa del presidente sabía ya quien era la ganadora, pero apuesto a que sí, a que ha querido sacar partido político sin asumir riesgos. Imagínense los insultos que le hubiesen caído por parte de los sectores ultraconservadores tan poderosos en Estados Unidos si hubiera ganado Amor, de Michael Hanecke, donde un anciano asfixia con una almohada a su mujer, enferma terminal, para ahorrarle sufrimientos inútiles.
Luis Matías López, en Público.es.
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Después de la lectura de la columna de Luis Matías López, es posible extraer dos conclusiones: una, que la flamante triunfadora en la noche de los Oscar, Argo, de Ben Affleck, ha suscitado admiradores y detractores sin un punto medio en su crítica. Y dos, es posible construir un discurso orientado, en esencia, a la crítica cinematográfica, que utilice todo tipo de recursos lingüísticos para que conozcamos mensajes sino depositados en nuestro entendimiento por relaciones semánticas cuyo principal arma es el accionador presuposicional.
El siguiente comentario va en la línea de desglosar las principales presuposiciones halladas en el texto del columnista de Público, su premisa real, y el verdadero sentido o significado en penumbra tras las afirmaciones que componen la crítica.
Antes de comenzar, sería conveniente apuntar que Luis Matías López, como buen redactor, evita la repetición del mismo sujeto en las diferentes oraciones. Ello no significa que tengamos que considerar paráfrasis por doquier, sino observar el hábil manejo de la sinonimia y el sujeto elidido que la lengua castellana habilita para la construcción de un texto claro y correcto.
En primer lugar, “[El argumento de Argo está] basado en un hecho real y a la medida del momento patriótico que vive su país, necesitado de gestas y héroes que combatan las fuerzas del mal y que mitiguen el pesimismo por el papel declinante del Imperio”.
De esta afirmación, se presupone: 1) EEUU es un imperio en decadencia, 2) Hay fuerzas del mal que combaten a EEUU, 3) EEUU está necesitado de gestas y héroes, 4) En EEUU existe el pesimismo por el papel declinante del imperio y 5) EEUU vive un momento patriótico. De una descripción definida, se obtiene  toda una serie de mensajes relativos a la crítica, ya no contra la película, sino contra la realidad social y política norteamericana del siglo XXI. Cuando el crítico realiza una afirmación, en apariencia profesional e inocente en función de su labor, arroja estas cinco premisas que son ciertas totalmente, independientemente de si él está en lo cierto (o no) sobre el argumento de la película de Ben Affleck.
En segundo lugar, “Michelle Obama puso la guinda al pastel y dio a través de un vídeo un innecesario espaldarazo a la que, más que la mejor película del año, es una burda muestra de propaganda patriotera”.
Mediante la acción de una descripción definida, de nuevo con un sujeto elidido (Argo), se pretende poner de manifiesto que “Argo es una burda muestra de propaganda patriotera”. ¿Y por qué es efectiva esta presuposición en la mente del lector? Porque ya ha sido presa de la argumentación del autor, quien le ha suministrado la teoría del imperialismo, la decadencia, la asumida supremacía y el etnocentrismo estadounidense.
Tercero, “con todo el talento y los medios de la primera industria cinema-tográfica mundial se ha llevado el Oscar a la mejor película”. Nuevamente, una descripción definida, todo aquello que nombrado por el hablante se compromete con la verdad. Jugando con la omisión del sujeto y la presuposición, se nos comunica en realidad que “Argo ha utilizado todo el talento y los medios de la primera industria cinematográfica”.
Sin embargo, y tras haber participado de las ideas del crítico ya mencionadas, el entendimiento va más allá de nuestra esencia bioquímica y reflexiona: “Argo se ha aprovechado del potencial de Hollywood para hacer una llamada mundial al imperialismo y poderío militar (legítimo) de Estados Unidos en el mundo libre”. Pero esto es otra historia.
Finalmente, “los insultos que le hubiesen caído (a Michelle Obama) por parte de los sectores ultraconservadores tan poderosos en Estados Unidos si hubiera ganado Amor, de Michael Hanecke, donde un anciano asfixia con una almohada a su mujer, enferma terminal, para ahorrarle sufrimientos inútiles”.
Lo más notable de esta cita es que la oración subordinada adjetiva no restrictiva presupone la existencia de lo nombrado: “La mujer del anciano que protagoniza Amor es una enferma terminal”. Pero el comentario más jugoso viene después:
Cuando algo acerca del pasado es hipotético, significa que nunca ocurrió. Esta es la teoría acerca del condicional contrafactual, que observamos en el presente ejemplo del texto. “Si hubiera ganado Amor”, significa que “Amor nunca ganó”, refiriéndonos al Oscar a la mejor película. “Los insultos que le hubiesen caído a Michelle Obama” supone que “Michelle Obama no ha sido insultada”. Aquí el autor se aleja de elucubraciones sobre la situación de EEUU en el mundo y se centra en teorizar sobre la mentalidad americana: Es hipócrita alabar el imperialismo militar en el siglo XXI y estar en contra de la eutanasia, algo que, sin duda, fue cotejado por la Administración Obama a la hora de elegir a la Primera Dama como anunciante del Oscar al mejor filme de 2012. 

sábado, 23 de febrero de 2013

LA BASURA EN SEVILLA ES UNA MARAVILLA


LA BASURA EN SEVILLA ES UNA MARAVILLA
CARLOS HERRERA. ABC, 8 de febrero de 2013
SI alguno de ustedes tiene la buena idea de acercarse a Sevilla, cosa que hacen a diario miles de personas de todo tipo de procedencias, se darán de bruces con una ciudad sumida en la basura. Como ocurrió hace poco en Granada o en Jerez, una huelga de los servicios municipales de limpieza ha puesto en un brete insalubre uno de los paisajes más célebres de la España turística, tanto que hasta los capullos del New York Times le han dedicado alguna de las fotos de su célebre portada. Menudo éxito para los convocantes del paro, nada menos que aparecer en un rotativo de referencia en el mundo entero. Ya no se trata de que ABC les dedique alguna de sus llamadas en portada en tirada nacional: estamos hablando de la suerte de recoger la basura de una ciudad de renombre internacional como Sevilla y de la repercusión de que unos estupendos trabajadores decidan echarle un pulso a los ciudadanos de la capital de la alegría. Hasta los americanos se detienen en saber que allí abajo, en el sur de ese peculiar país de las fotos publicadas hace unos meses en los que la gente rebuscaba en los contenedores para poder comer, un conflicto laboral pone en un brete la conveniencia de visitar sus encantos tan conocidos por todos.
 Les cuento por si no lo saben. La empresa municipal de limpieza es una suerte de empresa privada en la que los propietarios son los ciudadanos. El mandato de gestión lo tiene el Ayuntamiento, lo cual no impide que sea un paraíso particular. Sus trabajadores gozan de una situación envidiable a ojos de muchos otros y raro es que ningún otro elemento dependiente de la gestión colectiva no quiera gozar de sus condiciones laborales. El convenio firmado por anteriores corporaciones municipales hace que los trabajadores de Lipassam sean una suerte de oasis en el marco laboral actual: gozan de bolsa de trabajo casi familiar y endogámica, sueldos competitivos y complementos laborales peculiarmente llamativos, tales como complementos por el mero hecho de cumplir con su trabajo, entiéndase por ello un plus por no dejar de acudir a su puesto laboral. Cuando todos los colectivos han tenido que ajustarse -en ámbitos públicos o privados- a los ajustes salariales que todos conocemos, los trabajadores de marras no han cedido ni un ápice a los recortes que en su día aceptaron mediante acuerdos firmados, dándose la circunstancia de que ni siquiera la oferta municipal de reducir su sueldo en la mitad de la rebaja prevista les sea admisible. La última oferta distaba de sus criterios tan sólo un 1% y aun así han preferido someter a todos los ciudadanos a la tortura de siete mil toneladas de basura acumulada en las calles. Una asamblea a mano alzada hizo que anteayer -en el momento de redactar estas líneas siguen reunidos y es posible que la huelga sea revocada- fuera desestimada la generosa oferta municipal. Hoy viernes puede que todo cambie, pero nada hará olvidar las jornadas en las que se ha sometido a los vecinos de la ciudad a la insoportable tensión de ser chuleados y menospreciados por un colectivo privilegiado por unas condiciones laborales que ya quisieran muchos otros. De no resolverse la situación son muchos los que miran a la alcaldía con el deseo sincero de que se sustituya esta plantilla por otra dispuesta a acogerse a las condiciones que el mercado de trabajo impone.
 La huelga en cuestión es un signo de los tiempos. Yo gestiono un servicio fundamental para los ciudadanos y voy a utilizar a los mismos como rehenes para no renunciar a lo que otros han tenido que renunciar en aras del bien común. Mi cinturón no es el mismo que el de los demás. Es una indecencia y un insulto a la colectividad. Y un rechupete para el New York Times y toda su ralea.

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Carlos Herrera publicó este artículo en el ACB de Sevilla precisamente para mostrar su desaprobación a la huelga de los trabajadores de la empresa Lipassam, que a finales de enero y principios de febrero convirtió la capital del Guadalquivir, literalmente, en un basurero. Como sevillano de nacimiento, su columna adquiere unos tintes críticos con los huelguistas y de solidaridad con sus paisanos y su ciudad.
Vayamos ahora con el primer ejemplo de relaciones semánticas del artículo: “Como ocurrió hace poco en Granada o en Jerez, una huelga de los servicios municipales de limpieza ha puesto en un brete insalubre uno de los paisajes más célebres de la España turística, tanto que hasta los capullos del New York Times le han dedicado alguna de las fotos de su célebre portada”.
¿Qué se nos quiere decir con el párrafo anterior? Primero, se presupone que en Granada y Jerez también hubo una huelga de servicios municipales (su accionador presuposicional es la comparación realizada mediante “como…”, que establece un antecedente con mismas repercusiones, que se comentarán a continuación). Segundo, y a pesar de que “Sevilla” no aparece nombrada explícitamente en el párrafo, sino que viene elidido, hay una paráfrasis al relacionar esta ciudad con “uno de los paisajes más célebres de la España turística”. Además de nombrar al mismo ente, Carlos Herrera nos quiere decir que “Sevilla es uno de los paisajes más célebres de la España turística”.
Continuemos con otro ejemplo: “Cuando todos los colectivos han tenido que ajustarse -en ámbitos públicos o privados- a los ajustes salariales que todos conocemos, los trabajadores de marras no han cedido ni un ápice a los recortes que en su día aceptaron mediante acuerdos firmados, dándose la circunstancia de que ni siquiera la oferta municipal de reducir su sueldo en la mitad de la rebaja prevista les sea admisible”.
Para dotar al texto de los tintes políticos tan característicos de un diario como es ABC, Carlos Herrera alude a los ajustes salariales del gobierno del PP a los funcionarios. Hay una presuposición que nace de un accionador presuposicional del tipo “cláusula temporal” en “cuando”. Al nombrar un hecho que introduce una cláusula temporal, se presupone su existencia, en este caso, la de los ajustes salariales a todos los colectivos de trabajadores. Otra presuposición del mismo tipo la encontramos a través de “en su día [los trabajadores de marras] aceptaron los recortes mediante acuerdos firmados”,  y radica en que es verdad que los trabajadores de Lipassam han aceptado los ajustes salariales. Y una última presuposición  surge de una descripción definida, y cito textualmente: “La oferta municipal de reducir su sueldo en la mitad de la rebaja prevista [ni siquiera] les resulta admisible”. El autor se compromete con la verdad de la existencia de una oferta municipal, basada en esos puntos, hecha a Lipassam.
Para acabar, como se comentaba al inicio de este breve comentario, Herrera se posiciona junto a los ciudadanos y ciudadanas de Sevilla, verdaderas víctimas de la postura insolidaria de unos trabajadores privilegiados. “Hoy viernes puede que todo cambie, pero nada hará olvidar las jornadas en las que se ha sometido a los vecinos de la ciudad a la insoportable tensión de ser chuleados y menospreciados por un colectivo privilegiado por unas condiciones laborales que ya quisieran muchos otros”. Como el texto ha sido muy rico en presuposiciones, terminamos con una rotunda, accionada por un verbo implicativo, el verbo “olvidar” (ver el subrayado). Primero, se presupone que los trabajadores de Lipassam han menospreciado y chuleado a los ciudadanos de Sevilla y segundo, los trabajadores de Lipassam pertenecen a un colectivo privilegiado con unas condiciones laborales envidiadas por empleados de otros gremios.
Recortes, insolidaridad ciudadana y falta de equidad. Carlos Herrera nos acerca a uno más de los numerosos episodios de incoherencia en la convivencia cívica que salpica la España de hoy.

martes, 19 de febrero de 2013

El lenguaje mueve montañas...


CHULERÍA
La chulería bien llevada puede ser hasta virtuosa. Una chulería inoportuna supera la condición de obscena. La de Luis Bárcenas dedicando una higa a los periodistas que le sorprendieron en el aeropuerto demuestra su baja estofa. Este individuo puede cargarse un sistema, y mientras se acumulan en los juzgados pruebas e indicios en su contra, esquía en Baqueira, cena en el mejor restaurante de Carcasone, viaja a Canadá para practicar la horterada del «heliesquí» y hace higas. Todos pertenecen a la misma clase social. Correa, Roca, Bárcenas, «El Bigotes» y demás calaña. La de los nuevos chulos, que son a los chulos lo que los nuevos ricos son a los ricos, es decir, una caricatura mal planteada. Unos pueden terminar con un sistema y otros se dedican a pulverizar el prestigio de una Institución milenaria. Lo del «duque em-Palma-do» no tiene pase. Su nuevo correo, en el que aparece un grupo de ciclistas desnudas con el texto «me piro, cambio de curro» informándole a Carlos García Revenga, que a la vista de la foto se va a afanar en el entrenamiento de las chicas para «practicar» y «estar en permanente contacto» sólo es atribuible al alumno más tonto de la clase en los primeros años de colegio. Desmedida ausencia de clase y gracia. Para mí, que Urdangarin es de los que se ríen si le anuncian que hay de comer «paella y "pa" todos los demás». Más que alarma, sus mensajes me producen estupor. Y aunque resulte en los actuales momentos políticamente incorrecto elogiar a la Infanta Cristina, me apresuro a hacerlo porque ha preferido elegir la compañía de la angustia a la del egoísmo.
Pero hay que volver a los horteras. Los ricos de verdad no se dejan ver. Y menos aún, ser descubiertos por los signos externos. Nadie se entera de sus actividades privadas, entre otras razones, porque para eso son ricos. El nuevo rico y presunto trajinador de bienes ajenos lo lleva impreso en la cara, en el gesto, en la forma de vestir y en la manera de mirar la hora en ese reloj brutalmente compactado de oro que gusta enseñar a quien nada le interesa lo que le muestran. Claro, que dentro de la emergente especie de los nuevos chulos hay clases. De la alta, forman parte Roca, Correa, Bárcenas, el «Bigotes» y compañía. Y de la baja, el ejemplar más representativo es «Cachuli», que es asiduo a los chiringuitos, no sabe esquiar, no le reservarían mesa en Carcasone y, de viajar a Canadá para practicar el «Heliesquí» y le asignarían el helicóptero estropeado.
La indecencia financiera conlleva un riesgo. Ser descubierto. En tal caso, la única postura admisible es la humildad y el público arrepentimiento. Pero en España nadie se arrepiente de nada, y los responsables tardan en exceso en bajar de las nubes, desplomarse y darse el definitivo morrón. Han sido tan poderosos y tan hábiles en la mangancia y la corrupción que se consideran por encima del resto de los mortales. Si todo ha valido hasta ahora, todo sigue valiendo, y el resultado de esa rápida reflexión es un rotundo desacierto. Podrán disfrutar de su dinero en el futuro, siguiendo la muy española costumbre de no devolver lo afanado, pero tendrán que alojarse durante un tiempo en cualquier establecimiento de la nutrida red de paradores carcelarios del Estado. Y ahí se termina la chulería. Me lo confesaba un prestigioso abogado después de visitar a un millonario que cumplía su condena en prisión: «Ya se le ha puesto la nuca del preso». Es decir, la nuca humillada que lleva la mirada a las baldosas del suelo y no a la nieve en polvo de las grandes y exclusivas estaciones de esquí y «heliesquí», que manda huevos lo segundo.
No está el patio para chulerías vanas ni obscenidades inoportunas.

Alfonso Ussía en La Razón, martes 19 de febrero de 2013.

Para inaugurar el Blog de nuestro grupo, ENTRE LETRAS, qué mejor que recurrir a un tema de actualidad llevado al extremo de la sátira por uno de los más polémicos columnistas españoles del momento, Alfonso Ussía. El asunto no es nuevo para ninguno, la corrupción. Ussía, conocido entre otras facetas por proponer que el ejército “solucionase” el conflicto del nacionalismo vasco, nos brinda hoy un texto argumentativo muy atractivo titulado “Chulería”. En las siguientes líneas, se intentará aproximar un poco al lector a la efectividad real de convicción de este texto, a través de un análisis lingüístico de él.
Decía Cicerón que todo discurso debe comenzar con una captatio benevolentiae, o la virtud de ganarse la buena voluntad del público antes de comenzar la oratoria. Nuestro texto sigue esa costumbre, ya que comienza con dos atrevidas pero simpáticas frases: “La chulería bien llevada puede ser hasta virtuosa. Una chulería inoportuna supera la condición de obscena”. Podemos apreciar en ellas una sátira inicial que anticipa el tema central del texto: la carga contra la degeneración de la política a través de la corrupción.
Es un recurso muy habitual y potente de la argumentación ofrecer la idea principal nada más comenzar, ya que a partir de ese momento, todas las categorías gramaticales, todos los tiempos verbales y hasta el orden de las oraciones va a tener la misma intencionalidad que ese núcleo. Por ejemplo, en el texto de Ussía, observamos los siguientes sustantivos dispersos por toda su estructura: estofa, horterada, calaña, tonto, trajinador, indecencia, mangancia, corrupción, obscenidades y, por supuesto, chulería. Todos estos sustantivos, que son aproximadamente el cincuenta por ciento de los utilizados a lo largo del artículo, denotan repulsión, desconfianza, perversión, delito, inmoralidad, y toda una larga cadena de sensaciones negativas en el lector hasta que éste se da cuenta de que se está personificando la realidad en la que vivimos hoy en España.
Primer objetivo cumplido a través de los sustantivos: el lector asimila y acepta que España está sumida hoy en la corrupción gracias a la reiteración de una serie de sustantivos con un sema común.
Segundo ejemplo. Observemos en el primer párrafo cómo están situadas las siguientes frases: “Este individuo (por Bárcenas) puede cargarse un sistema, y mientras se acumulan en los juzgados pruebas e indicios en su contra, esquía en Baqueira, cena en el mejor restaurante de Carcasone, viaja a Canadá para practicar la horterada del «heliesquí»…” Observemos qué progresión siguen estas oraciones: del sistema avanzamos a los juzgados (todo cada vez más legal y más institucional) y pasamos a ver un comportamiento ya no delictivo, sino de una inmoralidad tal que hasta el contraste entre lo racional y lo irracional es abismal. Lo que Ussía pretende es ofrecernos la imagen del corrupto en España como alguien que huye de la justicia a costa de reírse de los ciudadanos. También recurre a las frases hechas “si hay de comer paella y pa-todos los demás” o “no tiene pase” y a las sátiras (“Cachuli no sabe esquiar, no le reservarían mesa en Carcasone y, de viajar a Canadá para practicar el «Heliesquí» y le asignarían el helicóptero estropeado”) para que ese contraste de sensaciones se combine con el humor y de paso a un lector que ya toma conciencia de la idea que se le intenta trasmitir.
Como inciso, notar también cómo juega el autor con los sintagmas nominales (presunto trajinador, obscenidades inoportunas) para que la idea de que la corrupción es un fenómeno omnipresente en la España actual cale más hondo a través de calificativos con idéntica significación (presunto e inoportuno transmiten recelo, deslegitimación, etc.).
Segundo objetivo cumplido: El juego de las oraciones (y sintagmas) refuerza la persuasión del texto.
Finalmente, echemos un vistazo al tercer y último párrafo del texto. Los tiempos verbales van del presente en la oración “pero en España nadie se arrepiente de nada, y los responsables tardan en exceso en bajar de las nubes, desplomarse y darse el definitivo morrón”, al pasado en “todo ha valido hasta ahora (por las reglas del juego de los corruptos)”, y al futuro en “podrán disfrutar de su dinero”. Con este cambio de tiempos verbales, lo que transmite el texto es un sentido oculto del realismo trágico que hoy se vive en nuestro país (al más puro estilo Mariano José de Larra), junto con la sensación de que nada ha cambiado y nada va a cambiar.
Ese pesimismo que tan hondo cala en el lector termina en una preocupación, en un pesimismo existencial y en una impotencia que le obligan a aceptar la idea final del texto: no estamos para chulerías ni comportamientos de este tipo.
La argumentación concluye cerrando el círculo de la estructura cuadrangular del texto: aportando la misma idea que se nos transmitía al principio, pero reformulada y adaptada a un lector que, gracias al uso concienzudo del lenguaje, la sintaxis y las categorías gramaticales, cambia su mentalidad desde una posible despreocupación inicial a un coraje final contra la verdadera tragedia que sufre nuestra joven democracia a día de hoy.

FRAN GIMÉNEZ ESCALONA
2º DE PERIODISMO

domingo, 10 de febrero de 2013

Presentación del Blog

Este blog es propiedad de un grupo de alumnos de segundo de Periodismo de la Universidad de Zaragoza, cursando la asignatura de Pragmática y Teoría de la Argumentación.
A lo largo de los próximos cuatro meses, se irán publicando análisis y comentarios de diferentes artículos aparecidos en la prensa nacional, así como textos de opinión de profesionales de la información, escritores...
Esperando que este blog resulte tan entretenido como ilustrativo, damos a todos los visitantes una cordial bienvenida.